Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha buscado autocomprenderse. Esto, en parte siguiendo el anhelo de lograr niveles más altos de madurez y libertad. En este intento, naturalmente, uno de los principales temas que sale al paso es el del mal. En cualquiera de sus formas, lo que se nombra como mal se corresponde con una privación que contrae y limita las posibilidades de desarrollo humano. Consideramos que todo profesional de la salud mental, como tal, intenta ayudar a otro a desenvolverse de un modo cada vez más pleno. Formulado así, este parece ser un buen punto de partida para nuestro análisis por ser fácilmente aceptado. Las dificultades y diferencias comienzan cuando intentamos iluminar el problema dándole forma específica a ese mal que se busca superar y a los modos de hacerlo. En efecto, ¿es la psicoterapia una disciplina abocada a superar cualquier forma de mal?, ¿tiene por objeto el mal en cuanto tal o una forma particular del mismo?