«Cuando el placer sexual es lo que predomina, tarde o temprano la salud sexual se ve resentida».

«La intensidad psicofisiológica y erótica del acto sexual, hace que de él nadie pueda decir: ‘no sabía’, ‘no me di cuenta’, ‘fue sin querer’, ‘disculpa, fue inconsciente’, ‘perdón, no me recuerdo de ti’. Esta cualidad de la sexualidad hace que su ejercicio sea necesariamente en plena conciencia, con plena advertencia, y ello para qué sino para que seamos plenamente responsables de las consecuencias».